Compras Sostenibles: Estrategias Clave y Desafíos Comunes

Fuente de imagen: Canva

Las decisiones de compra determinan cadenas de suministro enteras y, cada vez más, el futuro del planeta. A medida que las empresas se apresuran por cumplir sus objetivos climáticos y sus compromisos de responsabilidad social, integrar la sostenibilidad en el proceso de solicitud de propuestas (RFP) se convierte en una necesidad estratégica. Desde la contratación ecológica hasta el abastecimiento responsable, incluir criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en las licitaciones puede transformar el área de compras en una palanca clave para la creación de valor a largo plazo. Pero ¿cómo lograr licitaciones más sostenibles y qué obstáculos pueden surgir en el camino?

Este artículo explora las mejores prácticas, marcos de evaluación y casos reales de diferentes regiones, subrayando tanto las oportunidades como los retos de incorporar la sostenibilidad en la contratación empresarial.

Por qué las buenas prácticas de sostenibilidad deben formar parte de las RFP

Tradicionalmente, las RFP se han centrado en el coste y la calidad, pero este enfoque está evolucionando rápidamente. Cada vez más empresas reconocen que la contratación sostenible —que contempla las emisiones durante el ciclo de vida, las condiciones laborales justas y la inclusión social— no solo respalda sus objetivos ASG, sino que también mitiga riesgos a largo plazo. Factores como las regulaciones emergentes (por ejemplo, las directivas de la UE sobre contratación pública ecológica), las presiones reputacionales, el ahorro a través de la eficiencia y las prácticas circulares, junto con marcos como los ODS, las normas ISO o los informes ASG, impulsan a las empresas a actuar.

Al incorporar estos objetivos en las licitaciones, las organizaciones envían una señal clara al mercado: la sostenibilidad no es opcional, es estratégica.

Mejores prácticas para la contratación sostenible en las RFP

Las RFP más eficaces van más allá de declaraciones generales sobre principios “verdes” o “éticos”; integran la sostenibilidad de forma explícita, cuantificable y prioritaria.

1. Integración directa de criterios ASG

Las empresas pueden incluir criterios ASG en:

Incorporar estos aspectos como requisitos obligatorios, como exigir la norma ISO 14001 o pruebas de prácticas laborales justas, por el uso de etiquetas ecológicas de la UE, o los principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, puede agilizar la evaluación y la evaluación comparativa.refuerza la coherencia de las expectativas.

2. Aplicación del coste del ciclo de vida (CCV) y coste total de propiedad (CTP)

Para evitar decisiones impulsadas únicamente por el precio inicial, las empresas deben:

Esto permite tomar decisiones más sostenibles, sin subestimar los impactos futuros.

3. Asignación significativa de peso a la sostenibilidad

Mientras muchas RFP asignan solo un 10 % a criterios sostenibles, los expertos recomiendan hasta un 50 % para generar un cambio real.

Ponderar sustancialmente indicadores como los siguientes aumenta la capacidad de influir sobre los resultados sostenibles:

4. Adaptar criterios según categoría y región

No todos los productos o servicios tienen el mismo impacto. Las empresas pueden segmentar proveedores y adaptar los requisitos ASG. Por ejemplo:

5. Fomentar el aprovisionamiento inclusivo

Las compras puede impulsar el desarrollo inclusivo cuando:

Ejemplos globales en acción

Europa

La Ciudad de Helsinki logró una reducción del 27 % de las emisiones de CO₂ al exigir en su proceso de contratación equipos informáticos eficientes desde el punto de vista energético. Esta iniciativa no solo redujo las emisiones, sino que también demostró cómo unos criterios claros de sostenibilidad pueden impulsar la innovación de los proveedores.

En los Países Bajos, Rijkswaterstaat utilizó la Escalera de rendimiento de CO₂ para adjudicar contratos de construcción de carreteras en función de los esfuerzos de gestión y reducción de carbono de los contratistas, vinculando los hitos de pago al rendimiento verificado.

Cuando Public Health Wales se mudó de oficinas, su oferta se comprometió a encontrar el espacio de oficinas que pudiera reutilizar la mayor parte posible del mobiliario existente. El resultado fue que 41 toneladas de residuos se ahorraron del vertedero, eliminando la producción de 134 toneladas de CO₂. Esta iniciativa también contribuyó a los objetivos de la economía circular al ampliar el ciclo de vida de los productos.

El Ayuntamiento de Barcelona incluyó criterios sociales y medioambientales en el 80 % de sus licitaciones para 2020. Entre ellos se incluían cláusulas sobre salarios justos, igualdad de género y reducción de emisiones, lo que demuestra que es posible lograr una amplia integración de los criterios sociales y medioambientales en todos los sectores y tipos de proveedores.

América Latina

El Ministerio de Medio Ambiente de Chile exige el uso de ecoetiquetas y certificaciones ISO 14001 para categorías como los productos de limpieza y los servicios de laboratorio, fomentando la coherencia con las normas medioambientales internacionales.

ITAIPU Binacional, una importante empresa hidroeléctrica de Brasil y Paraguay, implantó un Programa de Compras Públicas Sustentables alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Esto incluye KPI de sostenibilidad en todos los contratos y equipos de evaluación interfuncionales para garantizar la alineación con los objetivos medioambientales y sociales.

A pesar de los avances logrados a nivel global en materia de compras sostenibles con foco ambiental, las investigaciones evidencian que los criterios sociales siguen siendo frecuentemente ignorados. En países como Brasil, por ejemplo, muchas empresas aún excluyen aspectos como la generación de empleo local o el respeto a los derechos humanos en sus procesos de selección de proveedores, lo que subraya la necesidad de fortalecer este componente para lograr una sostenibilidad verdaderamente integral.

Caso práctico: Acer

Acer ha implementado una Tarjeta de Puntuación ASG de Proveedores como herramienta para evaluar las prácticas y el desempeño ambiental, social y de gobernanza (ASG) dentro de su cadena de suministro. Los resultados de esta evaluación son compartidos con los proveedores, lo que les permite comparar su desempeño frente a sus pares del sector y fomentar la mejora continua. Esta puntuación también se incorpora al Informe Trimestral de Operaciones (QBR) para las líneas de productos clave, reforzando su importancia estratégica.

Fuente de imagen: Acer

En 2023, el desempeño general reflejó avances significativos: el 72 % de los proveedores evaluados alcanzaron una calificación "excelente", mientras que el 28 % se ubicó en un nivel "medio". Acer utiliza el QBR, junto con otros canales de comunicación, para incentivar a los proveedores con bajo desempeño a implementar medidas correctivas que mejoren su perfil ASG. La empresa continuará utilizando este marco de evaluación y realizará los ajustes necesarios en los criterios o en su ponderación según los datos de desempeño recopilados.

Barreras comunes y estrategias de superación

Las empresas pueden enfrentar diversos retos en la integración de la sostenibilidad en sus RFP:

Marcos y herramientas de apoyo a las RFP sostenibles

Múltiples marcos internacionales proporcionan orientación práctica para facilitar la incorporación de criterios ASG en la contratación. Algunos ejemplos destacados:

-El UN Sustainable Procurement Framework ofrece un enfoque estructurado con plantillas de cláusulas ASG listas para usar y herramientas para evaluar el rendimiento de los proveedores en materia de sostenibilidad.

-La Green Public Procurement (GPP) proporciona criterios medioambientales específicos por sector, calculadoras de costes del ciclo de vida y orientaciones para adjudicar contratos basados en el valor ecológico, no solo en el precio.

-El manual de contratación sostenible de Chile desglosa los requisitos de sostenibilidad por categorías de productos, indicándote cuándo solicitar eco-etiquetas, productos biodegradables o certificaciones como la ISO 14001.

Un enfoque por fases para integrar los aspectos ASG en las compras

Incorporar aspectos ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en las compras no requiere reformar todo el sistema. Muchas organizaciones optan por un enfoque gradual, comenzando con acciones sencillas como incluir cláusulas ASG en los contratos, solicitar información básica a proveedores o aplicar criterios sostenibles en compras piloto.

Con el tiempo, este enfoque puede fortalecerse alineando métricas ASG con los objetivos corporativos, utilizando análisis de coste del ciclo de vida y priorizando criterios como diversidad, reducción de emisiones o abastecimiento ético. Según One Planet Network y el PNUMA, este proceso progresivo permite superar barreras internas y mejorar la coherencia con políticas nacionales.

Adoptar esta estrategia ayuda a minimizar riesgos, ajustar herramientas antes de escalar su aplicación y transformar la función de compras en un motor de sostenibilidad. Las compras sostenibles permite lograr impactos reales en la cadena de suministro y avanzar hacia una gestión responsable y resiliente.

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A medida que las empresas integran criterios ASG en sus procesos de contratación, también deben reforzar la gestión de riesgos en toda la cadena de suministro para mantener su competitividad y cumplir con las crecientes exigencias normativas.

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